02-02-2006
POÉTICA
Este grabado de Baltasar del AlcÁzar representa muy bien la imagen clÁsica del poeta laureado, a imitaciÓn de los poetas grecolatinos, coronados por una rama de laurel, el Árbol a Apolo consagrado.
La poesÍa del Clasicismo se concibe como expresión verbal de ideas y sentimientos en los cauces formales consabidos. Sobre un tema previo se ensaya una variante en la que trata de mostrarse el ingenio creativo y el dominio de las posibilidades expresivas de la lengua.
Por la demostración de este ingenio el poeta recibe un galardón que lo consagra como beneficiado de las musas. Pero al fin y al cabo la poética no es más que ese oficio de destreza verbal.
Sin embargo, con el Romanticismo y a partir de entonces, la concepción de la poesía se instala más en una dimensión subjetiva e interior, en un estado de ánimo, en una vivencia, que ocasionalmente puede plasmarse en el poema, pero que reside más bien en una interioridad de sentimiento y percepción.
El poeta no es slo el que celebra el mundo, sino el que lo recrea por medio del lenguaje, le confiere un ser, una entidad verbal y lo magnifica o lo reduce a la nada.
El poeta creador y criatura de su propio lenguaje es la instalación contemporánea de la poesía. Y cada poema inaugura de nuevo ese quehacer esencialmente humano de crear el mundo a través de la palabra.
Y a través de ella el poeta-poema crea un mundo posible, un conjunto de universos de sentido que le dan proyección y entidad al universo cultural del que parte. La voz épica o la voz lírica no importan ya, porque por encima de ellas está la voz creativa del ser en el lenguaje.