10-09-2005
IMAGINARIO ORIENTAL
Esta escena marroquí de Mariano Bertuchi es una de las muchas obras de este pintor orientalista español afincado tanto tiempo en la cosmopolita ciudad de Tánger, refugio de escritores y artistas.
El imaginario oriental está presente en todas las artes, pero seguramente en la plástica tiene su proyección más sugestiva. Y participa de una serie de elementos característicos: la extrañeza, lo exático, el misterio, el paisaje, el embrujo y una magia indefinible pero seductora.
En este imaginario oriental de la escena pictórica se podían sublimar todas las tendencias irracionales que el racionalismo había tratado de controlar. Por eso lo oriental es evasivo y sensual o despiadado.
La imprecisa ingenuidad de esta escena callejera, con sus personajes anónimos y en movimiento, recoge el colorismo de una vida cotidiana llena de creatividad y sorpresa, donde el encanto puede surgir de cualquier parte, una vez que la imaginación se encuentra libre de restricciones.
La imagen de Oriente se elabora también en los textos de los viajeros europeos desde el Romanticismo en adelante, que en su búsqueda del espíritu de los pueblos, encuentran en Oriente su alter ego, donde está el hechizo y la sombra. Era una idea idealizada y subjetiva de Oriente, concebida y pensada desde las metrópolis europeas, a las que interesaba esta decadencia ajena y este mundo lejano, al que parecía fácil someter.
En esta entrega esteticista, Oriente ha perdido ya su valor de cultura que ilumina al resto de la humanidad, y se halla sumida en una decadencia decorativa y estereotipada.