Sat 11-05-2024 10:14 PM
La crónica del texto
Antonio Lobo Antunes, Libro de crónicas, Ediciones Siruela, Madrid, 2001
Cuando por fin he descubierto a Antonio Lobo Antunes, “más vale tarde que nunca”, me acerqué a la librería con la ansiedad del que va a tener en sus manos un tesoro insospechado.
Esperaba que todo estuviera ya agotado o descatalogado, y que no hubiera obra alguna, pero al librero le brillaron los ojos cuando pronuncié su nombre, y fue sacando de diversos rincones tomos impresionantes, tanto más voluminosos cuando más recientes y mejor editados. Le dije que ya era suficiente, y me asignó un rincón para que hojeara sus obras, lo hice no sin pesar.
Pero también me enseñó este volumen, cuyas páginas ha amarilleado el tiempo, de breves crónicas, publicadas en un periódico portugués durante los cinco últimos años del siglo pasado. Deseché todo lo anterior y me quedé con esta propedéutica de más amplias incursiones, para ir saboreando el placer de una voz nueva.
La lectura ha sido todo un hallazgo, pero también el reto de tratar de descubrir el secreto de su gracia, la pose del que afecta no tener ninguna pose, el estilo del que cuenta la propia vida con el descreimiento con que se cuenta un sueño.
Lo suyo es narrar lo vivido con la amplitud y la lejanía del que sabe que ya está instalado en el otro lado, y por eso se le es permitido decirlo todo, a tumba abierta, aunque también con ternura y nostalgia.
La suya es la frescura de una imaginación capaz de dar crédito a lo inverosímil, sabiendo que lo menos creíble es la vida misma.
Su experiencia con la literatura, a la que se entregó sin salvavidas, le ha permitido encontrar su voz en una perspectiva en la que abandona la obediencia al formalismo, fiándolo todo a la espontaneidad del que no espera nada a cambio. Así ha conseguido ser quien es y tener los lectores que tiene, a cuyo elenco me suscribo.
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