TEXTOS | El peso del pasado

Weblog de Manuel Cerezo Arriaza

Thu 26-07-2012 05:34 PM

El peso del pasado

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Patrick Modiano, Domingos de agosto, (Paris, 1986), Madrid, Alfaguara, 1989 

Una historia que tiene como eje la maldición que pueda aportar un famoso diamante a los que lo poseen. Toda la historia se va narrando a partir de la ciudad de Niza donde se encuentra el narrador protagonista, un fotógrafo de playas fluviales, que se encuentra inesperadamente con el marido de su amante, del que huyó con su mujer, Sylvia, tras una pelea de esta con su esposo. Se llevan consigo el diamante que su marido quería que su madre comprara.

Han pasado quince años desde entonces, pero Villecourt no ha olvidado a Jean y lo persigue por Niza. Llega a esta ciudad costera, llena de personajes de pasado dudoso, su mujer, a reunirse con su amante y se hospedan en una pensión, huyendo siempre de la persecución del marido, al que consiguen esquivar. Conocen a una pareja formada por un supuesto norteamericano, Neal y su esposa inglesa, se hacen amigos, comparten veladas. Esta relación los distiende y olvidan la persecución del marido. Neal propone comprar el diamante y un día los invita a ir a Cannes, paran el coche en Niza y piden a Jean que vaya a comprar tabaco a un restaurante, cuando vuelve ya no están. Desde entonces pierde el rastro de Sylvia, que llevaba consigo el diamante, sin poder encontrarla. Indaga sobre los Neal y se da cuenta de que eran unos impostores amigos de Villecourt, que de esta manera ha conseguido recuperar el diamante y a su esposa. La novela crea una gran intriga en el lector que no puede abandonarla hasta conocer la historia, que el narrador va desgranando lentamente, acabando el relato por dar a conocer cómo había conocido a Sylvia y de qué manera se habían convertido en unos amantes prófugos que consiguieron vivir años como en los felices domingos de agosto. Modiano da muestra de poseer el arte de crear intriga, misterio, haciéndole al lector suponer hipótesis distintas y a veces equivocadas en las que ir encajando los hechos que le va dando a conocer.

Como siempre en sus novelas aparece el siniestro pasado de la resistencia y en este caso las turbias aguas que encenegan el Marne obran como una metáfora de un oscuro pasado. Además todo el relato está lleno de una poética melancolía, que lo impregna todo de un aire de irrealidad, fugacidad y ensueño.

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