TEXTOS | Investigación de la memoria

Weblog de Manuel Cerezo Arriaza

Fri 04-03-2011 11:55 AM

Investigación de la memoria

img193 copia.jpg

Esta novela trata de la recuperación de la memoria de la vida de Amelia Garayoa, aquejada de Alzheimer. Su bisnieto, Guillermo, recibe el encargo remunerado de investigar su oscuro pasado, de la que había sido la preterida y olvidada "oveja negra" de la familia. Para el lector este relato consiste también en la recuperación de los momentos más significativos de la historia del siglo XX, desde la guerra civil española hasta la guerra fría.

Sorprende el procedimiento narrativo elegido para contar la fábula, hay dos niveles narrativos, el del narrador investigador, un narrador de primer nivel, deficiente e intradigético, cuyas peripecias casi policíacas para everiguar los hechos entretienen a los lectores. Y dentro de esta historia enmarcada aparecen una serie de narradores de segundo nivel, testigos presenciales y amigos en vida de la bisabuela, Amelia Garayoa. Una mujer valiente que rompe los moldes de la época y que elige el amor y el compromiso político, frente a los valores de la tradición familiar. Así no le importa abandonar a su marido y a su hijo para seguir a Pierre Comte, un comunista, al servicio de Moscú, que acaba siendo víctima del estalinismo.

La obra está divida en cinco partes, cada una lleva el nombre de las personas que se relacionaron con Amelia, partiendo de Guillermo, que llega a conocerla y a la que, una vez escrita la entrega su propia historia, borrada de la memoria personal por la enfermedad. Los demás capítulos se titulan con el nombre de los hombres más representativos de la vida de Amelia, todos ellos extranjeros y empujados como ella por al servicio de un ideal político: Pierre, Albert, Max y Friedrick. Un Epílogo final compensa al atrevido lector de estas más de mil páginas cuando comprende el sentido de toda esta investigación: restituir la memoria a quien la había perdido.

El procedimiento que emplea el relato es propio de una novela fenoménica, que tiene que justificar en cada momento quién cuenta y cómo sabe lo que conoce. Eso hace la narración lenta y morosa, se concede poco espacio a la elipsis, nunca se hace problema de los hechos ni se reflexiona sobre inquietudes que se salgan del marco de la historia propiamente dicha. Todo fluye como una serie de conversaciones y relatos orales recibidos y anotados por el infatigable narrador de primer nivel.

Por otra parte, los personajes resultan bastante lineales, tanto los aventureros como los conservadores. Se atienen al esquema que los constituye y no modifican su rol. Este tal vez sea el aspecto más endeble de la obra, todo cambia a su alrededor, pero los personajes se mantienen inmutables. En realidad dan la impresión de que son un pretexto para rememorar acontecimientos muy conocidos de la historia política del siglo XX, contados a un lector al que se supone poco informado. Guillermo, el narrador principal, periodista sin empleo, es la transfiguración de la propia autora, también periodista.

Comentarios: