TEXTOS | Relatos de un incendiado amor

Weblog de Manuel Cerezo Arriaza

Thu 13-01-2011 01:21 PM

Relatos de un incendiado amor

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Las estrategias del fuego, Granada, Ediciones Osuna, 1996, 212 páginas.

Diez relatos de amor en diversos registros, muchas veces apasionado y ardoroso, otras tímido o platónico. Aparecen otras tantas figuras de mujer, todas ellas descritas en su personal feminidad y su esplendor de hembras. Las historias acaban muchas veces en desastre o en un final abierto. Todas las historias están contadas desde la perspectiva de un narrador masculino, casi siempre protagonista, para quien la mujer supone la ocasión de una experiencia de placer o felicidad fuera de lo usual, pero que muchas veces acaba en desdicha.

Los relatos nos ofrecen diversos modelos de mujer: Clarita es una chica cuyo único inconveniente es su origen marginal, lo cual la lleva a la catástrofe. Isolina es la etérea mujer fantasma que cautiva a un hombre sensible. Una dama oriental refina y ardorosa compromete al joven protagonista, causando su miedo y la huida. Verónica es una bella universitaria de la que se cautiva un señor casado a quien que no le concede su amor. Ivette es una francesa liberada que da lecciones de amor a un seductor algo misántropo. Laura provoca los celos de su marido, sin advertirlo y sin fundamento. Mariela es una feminista segura de sí misma que se burla del camarero seductor. Presenta se ha convertido en mujer de la vida alegre, pero el amor repentino que por ella siente el alcalde de la localidad la redime de un destino escandaloso. Un marido se queda deslumbrado un día caluroso de playa por la belleza dorada de una joven que acaba sumergiéndose en el mar. Una simpática y cariñosa señorita de un colegio rural no advierte el amor que por ella siente uno de sus alumnos.

Son diez historias de amor que, como las del Decamerón, divierten al oyente o lector y presentan una amplia galería de los efectos de Venus y Eros en la psicología de hombres y mujeres. El fuego del amor es siempre la fuerza narrativa que mueves todas las historias.

“El fulgor que se destila de su personalidad actúa en mí como si fuera un troquel que va modificando mi conducta, mi apariencia externa y hasta mis hábitos más arraigados”.  (“Mi febrero”, pág. 89)

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