Thu 12-08-2010 10:26 AM
Tejedor de palabras
Esta memorable autobiografía del Sartre (Les mots) de los años de su formación en la infancia (Leer), como niño de inteligencia precoz y desastrosa ortografía, y de su adolescencia (Escribir), con una rígida educación académica, nos lo presenta visto desde las perspectiva de sus cincuenta años, como la persona que comenzó su vida en medio de libros y dedicó a ellos, a la escritura, toda su vida.
En ella muestra su actitud de no poseer nada y no ser otra cosa que un humilde trabajador que solo tiene cada día el horizonte de la escritura. Hijo huérfano de padre, se formó con su madre y con su abuelo, viviendo siempre en casa ajena.
Habla de sus composiciones escolares y como fue el último en la que realizó recién llegado al Liceo Henri IV. Nos cuenta su paso de la creencia religiosa al ateísmo militante.
Para él su vida, desde el principio, fue un trabajo con las palabras: “En tout cas mon regard travaillais les mots: il fallait les essayer, décider de leur sens; la Comédie de la cultura, à la longue, me cultivait”.
Las ideas, las emociones, los sentimientos, deben ser reducidos a palabras, ese es el trabajo a que está condenado el escritor: la inscripción material de los signos, donde estos son producto y causa, al mismo tiempo, del sentido.
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