TEXTOS | Los textos, modos de empleo

Prolongando el título de la famosa obra de Georges Perec La vida, modos de uso, un conjunto de relatos sobre los habitantes del número 11 de la rue Simon-Crubellier, situada en una calle inexistente del XVIIº distrito de París, podemos considerar que hay también un modo de empleo de los textos ficcionales por parte de sus lectores.

Iniciarse en ellos a modo de viaje imaginario por la espuma de sus páginas, y recorrer sus mundos posibles como hiciera Bartlebooth por los puertos de su universo narrativo, pintando acuarelas y remitiéndolas al recuerdo perdido de la lectura, que más tarde será recreada por el lector complaciente con sus propias experiencias lectoras.

O, por otro lado, buscar en estos textos la huellas que una intertextualidad insidiosa ha dejado y que son reconocibles para un lector avezado y crítico con la materia imaginaria.

También podemos jugar a entender o a ignorar lo que recibimos y a recomponer sus trazos de otra forma, haciendo caso omiso a su lógica formativa. Y entonces el texto es un pretexto para nuestro texto trazado alzando la vista de sus páginas, escribiendo así la lectura de otra forma más compulsiva o creativa.

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