Sun 30-07-2006 03:49 PM
ACTANTE SUJETO
Este es uno de los retratos que Rembrandt hizo de su hijo Titus, como un joven ya en la plenitud de su vida. Nos recuerda otro autorretrato del pintor de una edad semejante, hay cierto parecido entre ambos.
Este retrato ofrece una composición axial, en la que la cuadrícula del lienzo se divide en cuatro casillas, y en ellas se acomodan la parte superior e inferior del cuerpo, y cada uno de los lados del mismo.
Como auténtico retrato psicológico lo más valioso es el rostro, los demás elementos son accesorios, y en este caso muestran la imagen social de la persona, vestida con su amplia ropa de calle.
Destaca el rojo vibrante del tocado que le da color y vida al cuadro. Los amplios bucles que caen a ambos lados enmarcan un rostro en claro oscuro. El lado derecho es franco y luminoso, mientras el izquierdo es más apagado e íntimo. Son las dos caras de todo sujeto, su lado público y su lado privado.
El rostro es regular y agraciado, la actitud gallarda, hay una expresión de voluntad en el gesto.
El retrato pictórico de una persona individual y concreta tiene interés a partir del Renacimiento. Este retrato se sostiene en la accesibilidad plástica a la figura, mediante el código de las analogías, pero un buen retrato tiene que indagar además en la psicología del personaje. Y así lo hace este.
Sin embargo, el retrato literario apenas se sostiene como texto autónomo, pues carece de esta visibilidad, está integrado en el relato, en el poema o en la escena, y es un la figuración de uno de los actantes, el aspecto físico está en función de la psicología del personaje, como le ocurre también al retrato plástico, y en esto coinciden ambos.
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