TEXTOS | Escribir la lectura

Weblog de Manuel Cerezo Arriaza

Fri 15-07-2005 10:23 AM

Escribir la lectura

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Este óleo con figura de J. B. Camile Corot "Lectura interrumpida" (1865-70) nos muestra a una pensativa mujer que ha dejado caer el libro sobre su regazo para introducirse en una íntima evocación o en un pasaje introspectivo, provocado seguramente por las ideas que la obra que estaba leyendo le han inducido. La curvatura de su cuerpo, su mano derecha apoyada en la cabeza, su mirada desenfocada, su actitud receptiva, nos evocan también la imagen de la lectura interior propia de la literatura romántica.

Y es una muestra plástica muy elocuente de esas operaciones que el lector realiza sobre la obra, incluida esta de dejar a un lado el libro para conectar su contenido con pasajes del sentimiento, el recuerdo o la fantasía.

En estos momentos la lectora está "escribiendo la lectura" (Barthes) realizando operaciones inferenciales, extrapolando ideas, haciendo incursiones a otros mundos posibles de realidad o pensamiento.

Y es que la obra es un disparador de los procesos de interiorización, pues la lectura ocurre en el espacio de la conciencia, en el mundo mental del sujeto.

Por eso, la lectura callada es un acto solitario, como la voluptuosidad (Proust), a veces ensimismado, en la que la persona se refugia en un ambiente de soledad y de silencio y se enfrenta ante la obra, espejo, en alguna medida de sí misma.

Entonces, la lectura se convierte en un ejercicio de auto descubrimiento, de navegación por mundos de fantasía, en que la realidad se vive en subjuntivo (Brunner).

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