TEXTOS | El Quijote una narración en curso

Weblog de Manuel Cerezo Arriaza

Mon 04-04-2005 09:54 AM

El Quijote una narración en curso

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Este singular objeto celeste es la Galaxia NGC 1316, en la que se ha fundido otra u otras galaxias que se han visto atraídas por la fuerza de la gravedad originando este enorme cuerpo celeste de forma y aspecto poco usual.

La fusión de objetos, de textos, de universos es frecuente en el discurso literario, y recibe el nombre de intertextualidad. Los textos se escriben sobre el magma de otros textos y discursos previos y desarrollan relatos complejos que espesan la trama final.

El Quijote es una de esas obras magmáticas, intertextuales, que parte de un género literario que quiere negar y ridiculizar, y para ello dispone un aparato enunciativo muy complejo, regulado todo él por un narrador editor, que recoge los trabajos de dos autores previos, uno de ellos desconocido y del que no se dan noticias, y otro arábigo, Cide Hamete Benengeli, cuyo manuscrito es traducido, y a veces comentado, por un morisco aljamiado, a ambos cita el narrador reiteradamente. Era preciso que toda historia de caballerías tuviera su historiador, y en este caso se traslada la crónica a un árabe desconocido.

Pero además aparecen contribuciones poéticas sobre la muerte de don Quijote a cargo de unos anónimos académicos de Argamasilla, que dedican diversos sonetos al hidalgo castellano.

Dentro de la propia obra se dialoga, se cita, se conversa y se narra sin cesar, de tal manera que parece más que nada la historia de un discurso que fluye, lleno de citas y de fuentes, de falsos autores cuya testimonio se reclama sin cesar. Don Quijote se sabe sujeto de un discurso que refiere sus hazañas, y con ello se siente recompensado en sus desventuras. Pero la obra es también una narración de narraciones, donde se recogen breves novelas, como la del Curioso Impertinente que ocupa tres capítulos de la Primera Parte.

Y este espectáculo de un discurso que narra lo que dicen ciertos textos encontrados está lleno de ironías, de burlas, de críticas veladas, de guiños a unos lectores a los que frecuentemente se alude y se califica parar captar su benevolencia: "lector amable", "curioso lector", "tú lector prudente", "oh lector", "el prudente lector".

El Quijote es, pues, una galaxia que incluye muchos universos narrativos que ha englobado en su seno para ofrecernos un sistema complejo, un mundo lleno de mundos posibles, un discurso que se dobla, se reduplica y se multiplica, y al mismo desarrolla su propio universo de sentidos. Múltiples sentidos a los que hay que atender. De este universo se han fecundado muchos otros como el apócrifo de Avellaneda o el irónico de Pierre Menard. Y es un punto de atracción gravitacional de la curiosidad de lectores de todo el mundo a lo largo de muchas generaciones que se han refocilado con estos cuentos de la vida sin cuento.

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