Texto e identidad
Romain Gary (Émile Ajar), Pseudo, Mercure de France, Folio, 1976
Esta novela relata el estado psicológico de Romain Gary con posterioridad al momento en que, con el pseudónimo de Émile Ajar, recibiera el premio Goncourt por segunda vez, algo que no era posible y un desliz increíble para el gran premio de la crítica literaria francesa.
Seguramente con sus cuatro novelas atribuidas a Émile Ajar, cuya personalidad como escritor estuvo representada públicamente por su sobrino Paul Pavlowitch, no pretendió ganar ese premio, aunque así fuera, pues él declara en esta novela que había desistido de participar en el concurso, pero su renuncia llegó tarde, una vez que fue proclamado ganador.
En esa situación de polémica y controversia, escribe un relato de autoficción en el que aparece como un enfermo psiquiátrico internado en una clínica mental de Copenhague y en el que concibe, inventa y relata una autobiografía crítica, irónica, humorista y en la que plantea el tema de la identidad del autor, de su personalidad real o imaginaria, de la consistencia de la ficción y de la autenticidad de la presunta realidad en la que vive, sintiéndose acosado por todos y envilecido por sí mismo, al no poder o saber encontrar su auténtica naturaleza, que se construye y se disgrega a través del lenguaje, que es a la vez una prisión que nos obliga y un medio que nos conforma, sin poder liberarnos auténticamente de sus constricciones formales y existenciales.
La cuestión del pseudónimo se amplifica hasta llegar al planteamiento de la autenticidad de las personas y de los hechos, cuyo valor de veredictivo se cifra finalmente en la escritura, en tener el manuscrito con el que ganó por segunda vez el premio y que alguien le había arrebatado impunemente.
La imaginería del relato fantástico
David Roas, El Castillo del espectro. Antología de relatos fantásticos españoles del siglo XIX. Barcelona, Círculo de lectores, 2002
Esta antología de 16 cuentos de misterio y de terror, son una muestra de la literatura fantástica hispana del siglo XIX. En su prólogo, David Roas nos muestra las filiaciones de estos relatos con la literatura fantástica europea del momento, de raigambre romántica.
Leídos ahora, no puede dejar de desprenderse de ellos los hábitos, costumbres, supersticiones y la vida social del momento y su trasfondo social y político.
Por tanto, son relatos que nos permiten una doble lectura, la de la historia propiamente dicha y la de su ambientación cultural, lo cual le da un especial regusto histórico que añade una capa de encanto y seducción a la historia.
Al mismo tiempo, esta edición, con una tipografía y un diseño cuidado hacen de la obra una ventana que nos remite a un pasado si bien no lejano sí bastante ajeno a la vida contemporánea.
Igualmente, las ilustraciones que acompañan cada relato nos han permitido pasar momentos en los que la imaginación se expandía en el espacio y en el tiempo a través de una lectura incentivada por el hálito del misterio.
Textos de la vida común
Paul Auster, Brooklyn Follies, Traducción de Benito Gómez Ibáñez. Anagrama, Barcelona 2006
Ningún homenaje más sincero y sentido podemos hacer al recientemente desaparecido Paul Auster (abril de 2024) como leer o releer alguna de sus numerosas y siempre originales novelas, muchas de ellas centradas en el barrio de Nueva York donde transcurrió gran parte de su vida, Brooklyn.
Y precisamente esta Brooklyn Follies retrata la vida del barrio y de una serie de personajes nativos del propio entorno o que emigran a él y se encuentran con otros que los acogen y con los que comparten su vida, muchas veces llegan huyendo de pesadillas diversas y en busca de una zona de expansión vital y libertad.
Este es el caso del tío Nathan y de su sobrino Tom, del librero Harry, y de otros muchos que pueblan las a veces descabelladas historias que se cuentan unos a otros y con las que se entrelazan formando otras tantas, siempre en busca de libertad y felicidad.
Con estos ingredientes Paul Auster nos conduce por una novela divertida, llena de humor y al mismo tiempo de aspectos sombríos de la vida humana, pero en la que la comprensión y la tolerancia triunfan no sin dificultades.
Pero la novela se despide con el signo trágico del atentado del 11 de septiembre de 2001, que llevó al barrio una nube de humo y desolación y que en cierto modo transformó ese centro vital y multicultural en un escenario diferente al del confiado y sociable escenario que fue.
La expansión del texto mágico
Ursula K. Le Guin, Cuentos de Terramar. Edición original 2006. Minotauro 2023
Cuando Ursula K. Le Guin había dado por finalizado el ciclo de Terramar con Tehanu, una continuación de la trilogía original, que situaba a los personajes a nivel de personas normales, pues ya habían perdido gran parte de sus poderes mágicos, años después, la llamada de este gran archipiélago la convocó a narrar nuevas historias de esas islas.
Para ello tuvo que adentrarse en las épocas anteriores e intermedias de las anteriores novelas y concibió este nuevo volumen del ciclo, que ya no es una novela como tal sino cinco relatos amplios, que transcurren en diversas islas de Terramar y renuevan sus míticas y mágicas historias, en donde subyace siempre la tentación del poder, el empleo egoísta de la magia y el relegar a la mujer como maestra de magia, normas creadas supuestamente para proteger a esa sociedad.
La obra concluye con un amplia “Descripción de Terramar”, en donde se detallan todos los aspectos de la vida, la cultura y la historia de este mundo posible, alternativo y previsible, en el que ocurren circunstancias y conflictos perfectamente verosímiles, pues en el fondo subyace las mismas tendencias del mundo real. En cambio, Terramar adquiere ese halo de leyenda, poesía, fantasía y misterio del que ha sido despojada la sociedad a partir de la revolución industrial.
De nuevo Ursula K. Le Guin ejerce de contadora de historias, el quehacer más apreciado en Terramar, de creadora de mundos y geografías imaginarias, pero tan verosímiles como el mundo supuestamente real, realidades mentales gratamente visitadas por medio de la lectura, que nos sirven de espejo de lo que somos y de lo que desconocemos de nosotros mismos.